Sand, George (1804-1876) VENGANZA- CASTIGO- IRONÍA

Solange, su hija, se casó muy joven con un pintor mediocre llamado Clésinger. George Sand nunca aprobó aquel matrimonio. Incluso lanzó una amenaza literaria contra su futuro yerno.

-Si usted se atreve a casarse con Solagne-le dijo- lo haré protagonista de mis libros. Sin decir su nombre, le aseguro que todos lo conocerán.

Y Clésinger, que gozaba de una buena agilidad mental, le respondió:

-Y yo, en venganza, la pintaré desnuda, pero con el rostro tapado. Estoy seguro de que, si no todo el mundo, muchos hombres la reconocerán.

Miguel Ángel (1475- 1564) AMENAZA- CRÍTICA

Miguel Ángel pintaba los frescos de la Capilla Sixtina, en época de Paulo III, por encargo del Papa anterior, Julio II. Paulo III no estaba muy de acuerdo con lo que hacía el pintor y algunas veces acudía a verlo trabajar y le hacía indicaciones, lo que le molestaba evidentemente al genio Miguel Ángel. Un día, mientras el Papa observaba cómo pintaba, desde lo alto del andamio dejó caer un madero que cayó junto al Sumo Pontífice, por lo cual no se disculpó.

Después de este hecho con el cual el Papa se asustó muchísimo, uno de los cardenales advirtió al pintor que debía poner mayor cuidado cuando Paulo III lo visitara, a lo que el pintor le contestó:

-El cuidado lo ha de poner él, pues si continúa impidiéndome trabajar a mis anchas, puede que un día “por casualidad” el madero le caiga encima.

Goya y Lucientes, Francisco de (1746- 1828) RETRATO- AMENAZA

Goya llevó una vida en extremo agitada y tenía un carácter impulsivo. En cierta ocasión, mientras pintaba el retrato del general Wellington, éste le hizo algunas observaciones. Goya se indignó tanto, que amenazó con un puñal a Wellington y estuvo a punto de matarlo. Por aquella amenaza tuvo que huir de Madrid y se refugió en Burdeos. Pero Wellington lo hizo regresar a Madrid y lo obligó a terminar el retrato.