Rockefeller, John D. ASTUCIA- COMPROBANTE

En cierta ocasión, un amigo que se encontraba en una situación desesperante, le pedía consejo a Rockefeller.

Me deben $50,000 y no tengo comprobante de esa deuda, ¿Qué usted cree que pueda hacer?

El multimillonario que gozaba de una mente privilegiada y hacia gala de gran astucia, le contestó:

-Escríbale una carta pidiéndole cine mil dólares que le debe. Estoy convencido que le responderá explicándole que está equivocado, que no son cien mil, sino cincuenta mil. Y esa carta de su puño y letra le será su mejor comprobante.

Newton, Isaac (1643-1727) DISTRACCIÓN- DESCONSIDERACIÓN

Stukely, un amigo de Newton, lo visitó un día a la hora de comer. La criada del sabio le dijo:

-debe esperar. Está terminando algo y me ordenó que nadie lo interrumpiera.

-¿Sabe usted si tardará mucho?

-No lo creo, pues me ha pedido la comida y ya la tiene servida.

Stukely esperó un rato y, como Newton no apareció y el pollo servido se estaba enfriando, se lo comió. Luego pidió a la criada que preparara otro para Newton. Cuando éste apareció, saludó a su amigo, y al ver los huesos en el plato, exclamó:

-¡Qué distraído soy! Venía a comer y ahora me doy cuenta que ya he comido.

Stukely sonrió y le contó la verdad. El sabio entonces comentó:

-Pues claro, esta sensación de fatiga era sólo hambre. No soy tan tonto como algunos piensan.

Pasteur, Louis (1822-1895) DISCULPAS-NECEDAD- RAZÓN- SABIDURÍA

Discutía en la Academia de Ciencias con toro sabio. Pasteur perdía la paciencia al no poder comprender al otro la verdad, por lo que le gritó:

-¡Eres muy sabio! Pero no sabes observar.

Y el otro le contestó con un grito:

-Y tú no sabes reflexionar. No sé qué es peor.

Pasteur se dominó, consiguió recuperar la calma y presentó sus excusas al amigo, de una forma muy curiosa:

-admito que me he dejado llevar de la impaciencia y te pido perdón. Como espero que tú me pidas cuando estés convencido, como algún día sin duda lo estarás, de que toda la razón la tengo exclusivamente yo.

Picasso, Pablo (1881-1973) ORIGINALIDAD- SOLIDARIDAD- INNOVACIÓN- MODA

Cuando estuvo en Barcelona, a Soto, uno de sus amigos en aquella ciudad, le gustaba vestir elegantemente. Éste tenía guantes, pues entonces las personas bien vestidas los llevaban. Picasso no tenía guantes, ni dinero para comprarlos, por lo que le dijo a su amigo:

-Tú tienes dos guantes y yo ninguno. Deberías de prestarme uno…

Su amigo de lo prestó y, a partir de entonces, iban los dos con una mano enguantada y la otra en el bolsillo.

Ramón del Valle-Inclán – Ironía

ramon_del_valle-inclanDon Ramón del Valle-Inclán tenía su tertulia en un café de la calle de Alcalá. Quienes querían verlo lo podían hallar allí. Algunos de sus amigos no acudían por no pasar un  pena delante de todos, pues el escritor ponía en ridículo a cualquiera. Un amigo que pasó por el lugar, entró a saludarlo y a los pocos minutos se despidió:

-Te prometo que te escribiré sin falta.

Y el novelista, con su chillona voz le gritó:

-¿Sin falta o sin faltas?

Y antes de que el sorprendido hombre le respondiera añadió:

-Te lo pregunto porque sin faltas no creo que seas capaz de hacerlo.