Rossini, Gioacchino (1782-1868) SINCERIDAD-AMISTAD

Asistían el famoso escritor Honorato de Balzac y Rossini al estreno de una obra de Víctor Hugo en París. El teatro estaba lleno, pero por casualidad los dos famosos hombres, que no se conocía, se sentaron uno cerca del otro. Un amigo se acercó a Balzac y le dijo:

-Ve el señor grueso que está sentado ahí, es Rossini, el músico.

Balzac se incorporó acudió hacia donde estaba el música con la mano extendida:

-Maestro Rossini, soy Honorato de Blazac.

Tras un rato de conversación, sintieron gran afinidad, facto que los hizo profundizar en una interesante conversación. En un punto de la misma, se levantaron y encaminaron hacía un sitio donde se podía observar la platea repleta de gente. Entonces, Rossini señalando al público, expresó:

-Sobre este montón de fango echamos nuestras perlas y nuestros diamantes.

Balzac, luego de aquella frase, comentaba con unos amigos que evidentemente era difícil que los dos hombres sostuvieran una conversación sincera, donde uno y otro no trataran de deslumbrarse con asombrosas frases.

Nietzsche, Friedrich (1844-1900) AMISTAD

Nietzsche escribió un libro, Así llamó Zaratustra, que no lo quiso publicar ningún editor. Él mismo lo editó y ofreció después los ejemplares a sus amigos con la condición de que se comprometieran a leerlo. Sólo siete lo hicieron, por lo que comentó:

-Es tan amigo mío, que ni la lectura de Así llamó Zaratustra ha roto nuestra amistad.

Monet, Claude (1840-1926) AMISTAD- ENGAÑO

Monet era en extremo ingenuo; muy pocas veces se percataba del interesado trato que pudieran brindarle quienes lo rodeaban. Cuando ya sus cuadros comenzaban a vender bien, lo visitó un viejo amigo. Vio, en el estudio del pintor un biombo ya viejo, con manchas y roturas, y le preguntó:

-¿Por qué no me lo regalas? Me gustaría tener un recuerdo tuyo.

-Llévate este otro, que está mucho más nuevo- respondió el pintor, no tengas pena. Yo puedo quedarme con el viejo.

El biombo nuevo tenía paneles de tela limpia, pero los paneles del biombo viejo estaban pintados por el propio Monet con un paisaje en cada uno. Estuvieron largo rato discutiendo, hasta que al fin ganó el amigo. Poco tiempo después, los paneles de aquel biombo, ya separados y convertidos en cuadro cada uno con su marco, fueron vendidos a un altísimo precio.

Pavlova, Anna (1881- 1931) ADMIRACIÓN- AMISTAD- CRÍTICA

Dos años antes de morir, la genial bailarina tuvo su última entrevista con Serge Lifar.

-¿Cuándo bailamos juntos?- le preguntó-¿Ya no piensas bailar más…? Me apasiona tanto verte, que más de una vez he pensado matarte, para eternizarte para siempre en lo más profundo de mi alma.

Anna Pavlova le tomó la cabeza y lo besó entonces ardientemente, y “yo le correspondí, enajenado, besando sus piernas, aquellas piernas del cisne eternamente moribundo”, cuenta el propio Lifar.

Entonces ella expresó:

-¡Vete ahora! Necesito estar sola.

Nunca más volvió a verla. Murió víctima de una pulmonía.

Carnegie, Andrew (1837- 1919) EPITAFIO- MODESTIA- AMISTAD

En cierta ocasión expresó que le gustaría tener en su tumba un epitafio que dijera así: “Aquí yace uno que supo rodearse de otros hombres más capaces de él”.

Tenía Carnegie un perro al que quería mucho. Una vez que pasaba unos días de vacaciones en el lago Michigan, y de inmediato puso un anuncio en el periódico local, el Morning Herald, que decía así: “Perdió un fox- terrier blanco que corresponde al nombre de Billy. Se ofrecen mil dólares a quien lo encuentre y lo devuelva a su dueño en Star-Palace”. El anuncio no se publicó y Carnegie fue a la redacción a protestar. No había nadie. Llamó a voces y, al fin, le atendió una mujer que estaba limpiando el piso.

-¿Es que no hay nadie?- preguntó airado

-No; se han ido todos señor- respondió continuando su limpieza.

-Por lo que he oído, me parece que han ido en busca de un perro blanco llamado Billy.

Byron, lord (1788-1824) AMISTAD- COMPAÑERISMO

En el colegio donde se educaba había otro niño cojo. Entre los dos se estableció una especial comunicación y alianza contra los demás. Una vez, un niño mayor que ellos le daba una paliza con un palo al niño cojo, amigo de Byron. El pequeño lord, viendo que no era suficiente fuerte para vencer al verdugo de su amigo, le gritó:

-¿Piensas pegarle mucho más?

-¿Y a ti que te importa?

– Déjalo en paz, y golpéame ahora a mí, si es que no te da vergüenza.

Ramón del Valle-Inclán – Ironía

ramon_del_valle-inclanDon Ramón del Valle-Inclán tenía su tertulia en un café de la calle de Alcalá. Quienes querían verlo lo podían hallar allí. Algunos de sus amigos no acudían por no pasar un  pena delante de todos, pues el escritor ponía en ridículo a cualquiera. Un amigo que pasó por el lugar, entró a saludarlo y a los pocos minutos se despidió:

-Te prometo que te escribiré sin falta.

Y el novelista, con su chillona voz le gritó:

-¿Sin falta o sin faltas?

Y antes de que el sorprendido hombre le respondiera añadió:

-Te lo pregunto porque sin faltas no creo que seas capaz de hacerlo.