Dickens, Charles (1812-1870) APRECIACIÓN- RECONOCIMIENTO

Una prueba de la gran popularidad de las obras de Dickens, nos lo muestra el hecho de que la gente lo detenía en la calle, y le preguntaban detalles sobre sus personajes. Sus novelas se publicaban por fascículos y eran leídas con tanto interés, que detenían al autor para preguntarle cómo continuaba el argumento, sin que el mismo Dickens pudiera contestarles, por que muchas veces no lo sabía.

En cierta ocasión, una desconocida se le acercó a estrecharle la mano y le dijo:

-Quiero estrechar esta mano que me ha llenado la casa de tantos buenos amigos.

Se refería a los personajes de sus libros.

Cocteau, Jean (1889- 1963) INCOMPRENSIÓN- APRECIACIÓN

En cierta ocasión le hablaban de su poesía haciendo elogiosos comentarios:

-Ha escrito usted cosas admirables.

Por lo que el poeta se apresuraba a contestar.

-No me diga cuales. La tragedia de un poeta consiste en ser admirado, precisamente, por aquello que todos interpretan mal.  Nunca por lo que un poeta quiso de veras quiso decir.

Bolívar, Simón (1783-1830) ATENCIONES- MUJERIEGO

No era un secreto para sus innumerables y entusiastas seguidores, el fervoroso culto que el Liberador rendía al bello sexo. En cierta ocasión, uno de los ayudantes de Bolívar envió avisa al dueño del mejor hospedaje, pidiendo que prepara con destino al general, y en la fecha que indicaba “un cuarto con la mayor cantidad de comodidades, buena comida, selectivos vinos, etc… ,etc…,etc…”

Al llegar al pueblo el Libertador fue al alojamiento preparado, y halló en efecto, reserva para él , la mejor habitación, aderezada y acicalada en cuanto permitía las circunstancias. Pero eso no era todo, se le hizo pasar otra pieza, en las que se encontraban tres sugestivas y sonrientes muchachas.

-¿Quiénes son estas jóvenes?- preguntó Bolívar.

-Las tres “etcéteras” que me dijo su ayudante- contestó respetuosamente el hotelero.