Un lunes por la mañana un discípulo del pintor, observó que éste se hallaba parado junto a la puerta de entrada del museo de Louvre, aparentemente esperando a que abrieran. Ingres era un anciano ya. El discípulo, se le acercó al venerable maestro, y le dijo que era lunes y el museo no abriría:
-¡Qué contrariedad!-exclamó el pintor.
-¿Quería ver algo en particular en el museo, maestro?
-¡Prácticamente todo! Visito el museo muy a menudo, cada vez que me es posible. Es la única forma de aprender a dibujar.
Similar a esta anécdota es la que refiere un amigo cuando lo vio pintando un cuadro de Giotto.
-¿Por qué lo copias?- le preguntó asombrado.
-Para aprender. Es una forma segura de aprender.
¡Estas palabras les decía uno de los más grandes retratistas de todas las épocas, a la avanzada edad de ochenta y seis años.