Un insistente admirador le pidió a Rossini varias veces que le pusiera un autógrafo en su álbum. A lo que el maestro le respondía una y otra vez:
-Otro día, otro día.
Hasta que una de esas veces, el inoportuno admirador exclamó:
-No hay otro día, pues mañana me voy a París, y no tendré más ocasión de verlo.
Rossini convencido de que no vería más al importuno, escribió en el álbum. “Buen viaje y esperemos que sea verdad lo de la ocasión.”