La famosa actriz nunca participaba en fiestas ni en homenajes. Vivía tranquila en su casa y lo único que deseaba era que, después de sus horas de trabajo, la dejaran en paz. Una vez la Metro Goldwyn Mayer celebró con una cena el éxito del estreno de sus películas. Se contaba con ella, desde luego. Como no llegó a la hora esperada, fueron a buscarla, y casi la obligaron a acudir. Lo hizo, aunque de mala gana. Pero antes de sentarse a presidir la mesa, dijo a todos:
-No pensaba venir. Sin embargo, como he venido, lo único que me importa es darles a todos las gracias, ya que según me dicen, la cena es en mi honor. Quiero decirles también, que esta es la última vez que asisto a una cena de gala. Me disculpan, pero donde estoy más a gusto es en mi casa.