Los consejeros de Alejandro le reprocharon que asignara impuestos demasiado escasos a los habitantes de las tierras conquistadas, por lo que él mismo les dio la explicación:
-Me gusta el trabajo de los pastores, que aprovechan la lana de las ovejas, más que el de los leñadores que arrancan los árboles de raíz, matándolo para vender leña.