Tiberio (42 – 37 a Jc) DÁDIVA- AGRADECIMIENTO- CRUELDAD

Tiberio miraba a un pescador que desde hacía rato trataba de pescar algo, cuando al fin logró apresar a un róbalo no muy grande y se lo ofreció al emperador. Éste, al verlo tan pequeño, ordenó que se lo restregarán por la cara al pescador. Entonces, el desdichado hombre dijo:

-Debo estar feliz por que al menos no le ofrecía una langosta.

-No debes estarlo tanto.

Y, para hacer realidad sus palabras, ordenó que le trajeran una langosta con el fin de que el infeliz pescador también se la frotaran, por haberse osado responderle al emperador.

Alejandro Magno (356-323 aJC) FILOSOFÍA- DÁDIVA-GENEROSIDAD- AMISTAD

El filósofo Zenócrates era amigo de Alejandro. Cierto día Alejandro, para recompensarlo, le dio una bolsa llena de monedas de oro. Zenócrates no quiso aceptar de dinero. Dijo que no lo necesitaba para nada. Alejandro le gritó:

-¡Mala filosofía la tuya! ¿Es que no dispones de amigos entre los cuales no puedas repartir este dinero? No me bastan a mi los tesoros de Darío para recompensar a todos mis amigos, y no eres capaz tú de repartir entre los tuyos las monedas de esta bolsa. Compadezco tu filosofía.

Alejandro Magno (356-323 aJC) DÁDIVA- RANGO

Un mendigo llamado Bianco, pidió limosna a Alejandro. El rey le dio a elegir una ciudad, entre las conquistadas, para nombrarlo gobernador de la que seleccionara. El mendigo que no salía de su asombro, no podía creer que aquello era posible, por lo que Alejandro, percatándose de su inquietud, le expresó:

-No pienses en ti, que sólo eres el mendigo Bianco. Piensa en mí, piensa que es Alejandro el que te lo da. Y la dádiva tiene que ser digna de mi, no de ti.