Dante Alighieri (1265-1321) MENSAJE DEL MÁS ALLÁ

Después de muerto el poeta, por cartas y documentos que encontraron sus hijos, advirtieron que el texto original de las obras le faltaban los últimos trece cantos.  Por mucho que los buscaban no los podían encontrar. Una noche, Pedro, el hijo de Dante vio a su padre en sueños y oyó  que le decía que los trece cantos estaban escondidos debajo de las tablas del suelo, en la casa donde había vivido el poeta.

Fue Pedro a la casa con Giardini, un amigo suyo, levantaron las tablas y ahí encontraron, muy bien envueltos, los trece cantos que faltaban y que Dantes, en un momento de revuelta política había escondido.

Chopin, Federico (1810-1849) ENCUENTRO- INTERPRETACIÓN- GENIO

Liszt, un año más joven que Chopin, ere un famoso en París cuando se conocieron, al parecer en el apartamento de Liszt. Chopin y Liszt habían coincidido en el establecimiento de música Pleyel. ¿Cómo?, no se sabe con seguridad, pero la anécdota lo narra de manera original.

Estaba Chopin en la casa de Pleyel, y mientras esperaba se sentó al piano y comenzó a tocar. Poco después entró al establecimiento Liszt, uno de los buenos músicos de la casa, y quedó maravillado al oírlo; se sentó a otro piano y empezó a tocar a dos pianos con él. Chopin, sin volver el rostro, continúo enardecido. Y así estuvieron mucho rato. Al terminar, ambos se levantaron y, si conocerse, se dieron un abrazo que fue coreado por unos aplausos, pues el personal de la casa había acudido a escucharlos.

Cleopatra (69-30 aJC) ENCUENTRO- PRESENTACIÓN

Esta reina de Egipto ha pasado a la historia por sus amores con Julio César y Marco Antonio. La anécdota del encuentro de Cleopatra y César, histórica o legendaria, es muy original. César estaba instalando en Alejandría, después de su victoria sobre Pompeyo. Cleopatra fue a su encuentro envuelta en unos tapices. Así la llevó hasta la presencia de César un esclavo de constitución atlética, llamado Apolodoro. Éste le pidió que lo dejara entrar a vender tapices a César. Entró, extendió los tapices que llevaba arrollados, y de pronto del rollo salió Cleopatra, que tenía entonces alrededor de dieciocho años y era una belleza impresionante.