Blasco Ibáñez, Vicente (1867-1928) ENEMISTAD- RECONCILACIÓN

Blasco Ibáñez tenía mucha facilidad de palabra y sus conferencias y discursos eran recibidos con entusiasmo. Dio una serie de conferencia en tierras de América. Después, de una de ellas, le pareció ver en el público un rostro conocido y le gritó:

-¡Hombre! Pero… ¿Qué no te maté?

-Pues parece que no, gracias a Dios.

El caso es que Blasco Ibáñez había estado años atrás en Patagonia, donde tenía ciertos negocios, y aquel hombre trabajaba bajo sus órdenes. Un día discutieron violentamente y el otro sacó una pistola pero Blasco Ibáñez se le anticipó, disparó primero y lo había dejado creyéndolo muerto. Sin embargo, pronto se recuperó, y… ahí estaba dispuesto a estrechar la mano y darle un abrazo a su antiguo enemigo.

Félix Lope de Vega – inmortalidad, sencillez

lope_de_vegaUn amigo del genial escritor hacía comentarios acerca de la inmortalidad, la gloria y la fama que alcanzaría el prodigioso escritor, a lo que Lope le preguntó:

-¿Inmortal? ¿Cómo puedo saberlo? Y si ahora no lo sé, ¿qué me importa la inmortalidad? Gloria, gloria… Tengo escritas novecientas comedias, doce libros en prosa y varios volúmenes en verso. ¿Qué es lo que he conseguido con todo esto? Tener algunos enemigos y nada más.

-Pero dentro de muchos siglos todavía hablarán de ti.

-Cosa que sólo servirá para molestar a los que entonces estudien literatura, y que a mí, me tiene completamente sin cuidado.

Y dando por terminada la conversación, dio media vuelta y se marchó.