Por muchos años, más de treinta, la actriz se sirvió del mismo fotógrafo. Una de las últimas veces, al observar una de las últimas fotografías, le dijo:
-No sé… Yo diría que no le salen tan bien como antes.
Y el fotógrafo, echándose toda la culpa, le contestó:
-¡Si el tiempo pasa! Hace treinta años cuando empecé a fotografiarla, yo tenía treinta años menos, y, sin dudad, lo hacía mejor.