Estaba conversando con personas ricas cierto día, y uno de los hombres más adinerados, que no se destacaba precisamente por su inteligencia, le preguntó:
-¿Cómo ha podido usted ganar tanto dinero en tan poco tiempo?
-Con mi cabeza- contestó el filósofo.
-Pero no la ha vendido…
– He querido expresarle con mi inteligencia.
-Ése es el mejor ejemplo de cómo sin capital se puede ganar una fortuna.