Hugo, Víctor (1802-1885) ADMIRACIÓN- GALANTERÍA

Vivía Sara Bernhardt los momentos más gloriosos de su triunfal existencia. En 1877 representó la Doña Sol de Hernani, de Víctor Hugo. El autor asistió al estreno, y quedó tan profundamente impresionado que envió una carta acompañada de diamante pendiente de una cadena, y tallando en forma de lágrima. La breve misiva decía:

“Señora. Ha estado usted magistral y encantadora. Me ha conmovido a mí, el viejo luchador, y en cierto momento mientras el público enternecido y fascinado aplaudía, yo lloré. Esta lágrima es la que usted me ha arrancado, le pertenece. Permítame que se la ofrezca. Víctor Hugo.”

Desde entonces, jamás salió a escena Sara Bernhardt sin llevar consigo la simbólica lágrima que arrancara con su actuación a uno de los hombres más sensibles del mundo.

Goethe, Johann Wolfgang von (1749-1832) GALANTERÍA- AUTÓGRAFO

En su época se acostumbraba recoger, en álbumes, autógrafos de personajes famosos. Una princesa romana, durante el viaje de Goethe por Italia, le pidió un autógrafo, a lo que el poeta le respondió:

-Hágame un pregunta en el álbum y se la contestaré.

La princesa le mandó el álbum con la siguiente pregunta:

-Si no fuera Goethe ¿Quién le gustaría ser?

Y Goethe le contestó:

-Aquí en Roma, su príncipe.

Cleopatra (69-30 aJC) ENCUENTRO- PRESENTACIÓN

Esta reina de Egipto ha pasado a la historia por sus amores con Julio César y Marco Antonio. La anécdota del encuentro de Cleopatra y César, histórica o legendaria, es muy original. César estaba instalando en Alejandría, después de su victoria sobre Pompeyo. Cleopatra fue a su encuentro envuelta en unos tapices. Así la llevó hasta la presencia de César un esclavo de constitución atlética, llamado Apolodoro. Éste le pidió que lo dejara entrar a vender tapices a César. Entró, extendió los tapices que llevaba arrollados, y de pronto del rollo salió Cleopatra, que tenía entonces alrededor de dieciocho años y era una belleza impresionante.