Pavlova, Anna (1881- 1931) GENEROSIDAD- BONDAD- CARIDAD

La Pavlova se destacó por ser muy generosa y caritativa. El presidente de Venezuela le regaló en una ocasión una valiosa estola de piel en la que había mandado a escribir el nombre de Anna Pavlova con monedas de oro de veinte dólares. En el momento de agradecerle el regalo, la sensible mujer expresó:

-Por primera vez no quisiera llamarme Anna Pavlova.

-¿Por qué?

-Por qué este dinero lo he decidido repartirlo entre mis pobres. Y si me llamara Anastacia Edvardova Karavaniskai, les habría podido dar muchos dólares más.

Dumas, Alejandro (hijo) (1824-1895) PRÉSTAMO- DEUDA- GENEROSIDAD- INVITACIÓN

Contaba Dumas hijo, que un día, tenía a un amigo invitado a cenar. Y, antes de entrar en el restaurante, le preguntó:

-¿Llevas dinero encima?

-Nada.

-Es que yo sólo tengo veinte francos. Pero, si esperas un rato, mi padre vive cerca de aquí, iré a pedirle que me preste treinta, y con cincuenta francos cenaremos los dos muy bien.

El amigo esperó durante un buen rato, y al fin, regresó Dumas entristecido.

-¿Nada?- le preguntó su amigo

-Peor que nada, me ha pedido veinte francos y se los he tenido que dar.

Etiquetas: cena, préstamo, deuda, generosidad, invitación.

Carlos III (1716-1788) BONDAD- AMOR FILIAL

Carlos III, trabajando un día en su despacho, llamó y nadie acudió.

Extrañado, fue a la puerta, la abrió y vio al paje de servicio dormido en un sillón, con un sueño de dieciséis años que daba envidia. Iba el rey a despertarlo, cuando observó que desde la casaca de paje estaba a punto de caer el suelo un papel. No pudo el monarca reprimir un movimiento de curiosidad, tomó aquel papel y leyó: “Querido hijo mío: desde que por la recomendación de ese gran señor estás en el palacio y me vienes socorriendo con la parte de las propinas que corresponde, tus dos pobres hermanas y yo hemos salido de la espantosa miseria en que nos dejaste, y tenemos pan que comer y ropa para abrigarnos. Hijo mío, te doy las gracias por la bondad de tu corazón te bendigo como al mejor y más amante de los hijos…”Ganado el rey por la emoción, tomó un cartucho de doblones, que con mucho cuidado colocó en el bolsillo del paje, y después llamó con fuerza.

Despertóse el paje,  sobresaltado, y al ver al rey delante de él no acertaba a disculparse. Sonrió Su Majestad con benevolencia, y le preguntó.

-¿Qué es ese bulto en el bolsillo?

El paje metió ahí su mano, sacó el cartucho de monedas, lo miró con asombro, y fijando en el rey sus espantados ojos, cayó de rodillas acongojado?

-¿Qué te sucede?- dijo el rey- ¿Por qué esa angustia?

-Señor- le contestó el paje, sin poder reprimir los sollozos-,alguien me quiere perjudicar por que ese dinero no es mío, y no se cómo ha venido a parar en mi bolsillo; pero juro señor, que yo soy inocente.

-¿Y quién crees tú que puede pensar en perderte? ¿No tienes una madre y una hermana a la que tienes que socorrer? ¿Pues por que no ha de ser de Dios el que te envía ese dinero, no para perderte, sino para que tu buen corazón pueda así manifestarse mejor?

-¡Señor, Señor – exclamó el paje, comprendiendo lo sucedido-, ha sido su mano!

-La mano de Dios, para hacer el bien,- Contestó Carlos III- Lo mismo merece a la intención de un rey que a la de un labriego, cualquiera que sea la persona, el impulso, la acción, es de Dios. Envía ese dinero a tu madre, y dile que yo cuido de ella y de ti.

Belgrano, Manuel (1770- 1820) DADIVOSIDAD- PREMIO- DONACIÓN.

En la brillante historia del general Belgrano se destaca las victorias de Tucumán (24 de septiembre 1812) y de salta (20 febrero 1813), ambas sobre las fuerzas españolas.

El gobierno autóctono acordó entregar a Belgrano 40.000 pesos, como recompensa práctica de tales enseñanzas. El general aceptó el premio que se le brindaba, cuyo importante donó seguidamente para la construcción de dos escuelas.

Augusto (César Octavio) (63-14 aJC) LECCIÓN- ENSEÑANZA

Un poeta griego, cuyo nombre no se registra la anécdota, todas las veces que en las tardes se cruzaba con Augusto, lo detenía y le leía versos. Augusto lo escuchaba complacido y lo elogiaba. Pero no pasaba de aquí y nunca le hacía un buen regalo. Hasta que un día le obsequió algunas tabillas para que en ellas siguiera escribiendo versos. Y el poeta echó mano a su bolsa, extrajo algún dinero y se lo dio a Augusto.

-No es mucho si tenemos en cuento todo lo que usted se merece. Cuando tenga más le daré más.

Augusto, sin enfadarse, asimiló la lección y le hizo dar una buena cantidad.

Alejandro Magno (356-323 aJC) CONSIDERACIÓN- GENEROSIDAD- BONDAD

Tampoco es muy seguro que Alejandro tuviera mucha consideración con los vencidos. Pero Plutarco cuenta algunos casos de esta consideración. A otro rey de India llamado Poro, Alejandro, después de hacerlo prisionero, le preguntó:

-¿Cómo quieres que te trate?

-Como un rey- contestó de inmediato el derrotado.

Y Alejandro lo dejó al frente de su reino, al que incluso añadió otros territorios conquistados por él.

Alejandro Magno (356-323 aJC) PACIFISMO- GENEROSIDAD- BONDAD

Durante su expedición a India, uno de sus reyes, llamado Tassilo, se presentó a Alejandro y le hizo esta proposición:

-Nada ganamos con la lucha. Sepamos cada uno hasta dónde llega el poder del otro, y si yo soy más poderoso que tú, yo te ayudaré; y si tu eres más poderoso que yo, tú me ayudas. Así resolveremos nuestro encuentro con bondad, con generosidad y con cortesía.

Alejandro pensó la contestación y, después de pensarla, le contestó:

-No quiero que sepa la historia que tú me has vencido en bondad, en generosidad ni en cortesía. Acepto, pues, tu proposición. Quién es más poderoso lo sabremos después de la batalla; démosla, pues, y después haremos lo que tú dices.

En la batalla Tassilo lo perdió todo, y después, Alejandro lo ayudó invitándolo a unirse a sus fuerzas contra otros reyezuelos vecinos.

Alejandro Magno (356-323 aJC) RECOMPENSA

Plutarco relata que un emisario al palacio de Alejandro su mulo con un cargamento de oro. Tanto oro que llevaba el mulo, que no pudo con el peso y desplomó. El emisario cargó el oro sobre sus hombros y así, despacito, agotado, sustituyó al mulo y consiguió llegar al palacio. Cuando Alejandro lo vio aparecer, exhausto, le preguntó:

-¿Serías capaz de llevar este oro un poco más lejos?

-Por ti, Alejandro, soy capaz de todo.

– Pues si lo llevas hasta tu casa será tuyo.

Alejandro Magno (356-323 aJC) FILOSOFÍA- DÁDIVA-GENEROSIDAD- AMISTAD

El filósofo Zenócrates era amigo de Alejandro. Cierto día Alejandro, para recompensarlo, le dio una bolsa llena de monedas de oro. Zenócrates no quiso aceptar de dinero. Dijo que no lo necesitaba para nada. Alejandro le gritó:

-¡Mala filosofía la tuya! ¿Es que no dispones de amigos entre los cuales no puedas repartir este dinero? No me bastan a mi los tesoros de Darío para recompensar a todos mis amigos, y no eres capaz tú de repartir entre los tuyos las monedas de esta bolsa. Compadezco tu filosofía.

Alejandro Magno (356-323 aJC) DADIVOSIDAD

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Uno de los generales de Alejandro, tratando de convencerlo de la inconveniencia de su extrema dadivosidad, le hizo la siguiente observación para que fuera menos pródigo:

-Si todo lo das, en poco tiempo no tendrás nada.

-No lo creas. Siempre me quedará la satisfacción de haber conseguido todo lo que doy a mi prójimo y la esperanza de seguir buscando más para que mis dádivas sean cada ves menores.