Sus defensores decían que amigos suyos hablaban mal de él en su ausencia.
-Me tiene sin cuidado.
-Ponen en peligro tu fama.
-La fama es humo pasajero.
-¿Y si el pueblo se rebela contra ti?
-No está mal que el pueblo se divierta de vez en cuando.
Y ya despidiéndose añadió:
-Y ésos que tan mal hablan de mí en mi ausencia, díganles que en mi ausencia, todo me parece soportable, hasta los bastonazos.