Se dice que Dante tenía muy buena memoria. Una vez, en Verona, pasaba por una calle y un desconocido que se estaba sentado, a la puerta de una casa, le preguntó:
-¿Cuál es la mejor comida?
-El huevo dura- contestó el poeta.
En otra visita que hizo a Verona años después, pasó por la misma calle. Allí estaba el mismo hombre sentado, que al verlo le preguntó:
-¿Con qué?
-Con sal- dijo el poeta