Nunca los españoles admitieron el dominio napoleónico. Se cuenta que el rey José, al que llamaban “Pepe Botella”, por su afición al buen vino, creó una guardia real análoga a la guardia imperial de Napoleón. Un aristócrata afrancesado (parece ser que fue el duque del Infantado) visitó a su hijo de siete años con el uniforme de aquella guardia, y, ataviado así, lo llevó ante la presencia del rey José.
Con el uniforme iba la espada, y el niño la llevaba también. El rey José le preguntó:
-¿Para qué te sirve esta espada?
Y el niño, eco de la voz popular, le contestó:
-¡Para matar franceses!
Según la anécdota el padre del niño le dijo:
-Comprenda majestad… Es un niño y no piensa lo que dice, repite lo que oye decir a la gente.