D´Annunzio, Gabriele (1863-1938) VANIDAD- INMODESTIA

Estando en parís quiso comprar un cuadro en una tienda de antigüedades. Era una virgen italiana por la que el anticuario le pidió quince mil francos. D´Annunzio le ofreció diez mil y estuvieron mucho rato discutiendo. Un amigo acompañaba a D´Annunzio y le ayudaba a defender el precio. Y, al fin, el anticuario, en un arranque, dijo:

-Bueno, vale quince mil, pero, por tratarse de usted, se lo daré a diez mil.

D´Annunzio ordenó que le mandara el cuadro al hotel y ya en la calle le dijo a su amigo:

-Ésta es la ventaja de ser alguien conocido.

Decía esto cuando oyeron la voz del anticuario que les llamaba. Se detuvieron, para escucharles decir con gran sorpresa.

-Oiga, señor, me ha dicho el hotel, pero no me ha dado su nombre. Si me hace el favor…

Dalí, Salvador (1904-1989) VANIDAD- AUTOESTIMA- INMODESTIA

Leemos una bonita anécdota en una revista francesa, que si es verdad, puede tomarse como muy representativa del autobombo daliniano.

Dalí, en París, fue presentado a la actriz Madeleine Renaud, que con natural cortesía expresó:

-Créame que le admiro mucho, Señor.

-Yo también, señora.

-¿Me ha visto trabajar?

-No hablo de usted, si no de mi. Que también me admiro mucho.