Gama, Vasco de (1459-1524) SICOLOGÍA- TEMOR- VALOR

Después de sus famosos descubrimientos y de varios años de persecuciones por el monarca anterior, el nuevo rey, Juan III, designó a Vasco de Gama como sustituto de Meneses, y el célebre navegante emprendió el que había de ser su último viaje transoceánico.

Sorprendida la expedición por un temporal, el pánico se apoderó de la tripulación, a la que clamó gritándoles con estruendosa voz:

-¡no se asusten, portugueses! ¡Es el mar que tiembla ante nosotros!

Semejante afirmación tuvo la virtud de devolver la tranquilidad a todos, quienes arribaron felizmente a su destino.

Fuentes, Antonio (1869-1938) PRUDENCIA- MIEDO

Un periodista madrileño le preguntó al torero si sentía miedo ante los toros.

-Claro que sí- contestó. Sin miedo no es posible torear.

-¿Cómo explica esto?- Le preguntó.

-Pues verá. El que no tiene miedo acaba prendido en las astas. El que lo tiene, se cuida, no se arriesga por gusto, lo que hace que pueda ver qué hacer y cómo hacerlo. Por lo demás, hay que saber disimular el miedo.

Fouché, Joseph (1763-1820) EFICIENCIA- ORGANIZACIÓN- CONTROL

Fouché fue el primero en organizar un fichero donde se anotaba cuánto se sabía de todo el mundo. Este fichero sirvió años después, para establecer infinidad de datos de la historia de aquellos tiempos. Disponía de dos ficheros: uno, de cierto modo público y, otro totalmente privado, al que él sólo tenía acceso. Este fichero secreto nunca se supo dónde lo guardaba. Aparentemente, Fouché pudo conservar su puesto a pesar de los cambio de gobierno, por el miedo que todos tenían al famoso fichero secreto.

César, Julio (102-44 aJC) TRAICIÓN- MUERTE

César murió a manos de un grupo de conspirados, entre los que estaba su hijo adoptivo Bruto. Cuenta Plutarco que, pocos días antes, le advirtieron del peligro, diciéndolo que tomara precauciones, pues algo se tramaba contra él, a lo que replicó:

-Prefiero morir de una vez que vivir con miedo a la muerte.

Carvajal, Francisco (1464-1548) TEMOR- PRINCIPIOS- SENTIMIENTO

En 1554 se apoderó de Lima con cincuenta de los suyos y puso en prisión a cuantos sospechaba desafectados a la causa que defendía, ahorcando a un par de los que eran más involucrados.

Seguidamente, invitó a los licenciados componentes de la Real Audiencia a reconocer en solemne acata al Muy Magnífico Gózalo Pizarro como gobernador. El reconocimiento fue unánime, pero el anciano oidor Zárate, por encima de su firma dejó escrito: “Juro a Dios, a esta cruz y a las palabras de los Santos Evangelio, que firmo por tres motivos: por miedo, por miedo, por miedo”.

“Los tres motivos del oidor” llegaron a hacerse famosos en Lima, cuando se necesitaba expresar alguna conducta en circunstancias más o menos parecidos a la relatada.

Aristipo de Cirene (435-366 aJC) VALÍA-DIGNIDAD

Se dirigía Aristipo a Corinto en una embarcación. Sobrevino una tempestad y no fue capaz de disimular el miedo que sentía.

Otro de los pasajeros, al observarlo dijo:

-Nosotros, pobres ignorantes, no tenemos miedo; en cambio, tú, un filósofo, tiemblas.

– Es muy lógico- contestó el filósofo- eso se debe a que tenemos una vida muy distinta que conservar.