Stumpf, Carlo (1848-1036) MODESTIA

Carlos Stumpf fue una de las más brillantes figuras en el dominio de la sicología experimental. Tenía fama, además, por su extrema modestia. Le invitaron a pronunciar una conferencia en determinado centro de investigaciones científicas, para que analizara algunas de sus teorías. Y antes de comenzar, se presentó al público de la siguiente manera:

-Ahora, señores, voy a permitirme expones una teoría de la que tengo honro de llevar el nombre.

Pascal, Blas (1623-1662) MODESTIA

Pascal, al mencionar algo al respecto de sus obras, decía:

-Nuestro libro tal.Nuestro libro más cual…

En vez de decir “mí” decía “nuestro”. Alguien le preguntó por qué se refería a su obra de esta manera y respondió:

-Nadie es capaz de escribir un libro sin aprovechar la base de lo que otras han escrito antes. El que habla de “mis” libros olvida esto. Debería de decir siempre “nuestros” libros.

Diógenes el Cínico (413-327 aJC) BONDAD- HUMILDAD- MODESTIA

Mientras estuvo en Siberia, un admirador suyo le dedico un gran poema, en el que se le calificaba de protector del de los condenados, puesto que ayudaba a todos a superar su desgracia y voluntariamente se había convertido en su maestro. Recuperada la libertad, el admirador le leyó el poema.

-Si, todo esto es verdad- le dijo Dostoievski-, menos una cosa: que yo haya sido maestro de los otros condenados, he aprendido mucho de ellos y me he considerado siempre su humilde discípulo.

Chopin, Federico (1810-1849) MODESTIA- SENCILLEZ

A los ocho años dio su primer concierto. Su madre lo visitó con una chaqueta de terciopelo y gran cuello blanco almidonado. Después del concierto, ya una vez en su casa, los padres interrogaron al niño. El padre, todavía emocionado, le preguntó:

-¿Qué crees que le haya gustado más al público?

Y el niño músico, muy decidido, dijo:

-¡Mi cuello blanco!

Chopin niño no daba importancia a tocar bien el piano, puesto que le salía sin ningún esfuerzo.

Carnegie, Andrew (1837- 1919) EPITAFIO- MODESTIA- AMISTAD

En cierta ocasión expresó que le gustaría tener en su tumba un epitafio que dijera así: “Aquí yace uno que supo rodearse de otros hombres más capaces de él”.

Tenía Carnegie un perro al que quería mucho. Una vez que pasaba unos días de vacaciones en el lago Michigan, y de inmediato puso un anuncio en el periódico local, el Morning Herald, que decía así: “Perdió un fox- terrier blanco que corresponde al nombre de Billy. Se ofrecen mil dólares a quien lo encuentre y lo devuelva a su dueño en Star-Palace”. El anuncio no se publicó y Carnegie fue a la redacción a protestar. No había nadie. Llamó a voces y, al fin, le atendió una mujer que estaba limpiando el piso.

-¿Es que no hay nadie?- preguntó airado

-No; se han ido todos señor- respondió continuando su limpieza.

-Por lo que he oído, me parece que han ido en busca de un perro blanco llamado Billy.

Beethoven, Ludwing van (1770-1827) RESPUESTA- HUMILDAD- MODESTIA

beethovenBeethoven estuvo una vez en Weimar, donde Goethe tenía un cargo en la corte del duque. El músico visitó a Goethe más de una vez. Un día iban los dos en coche por la ciudad y casi todo el mundo los saludaba. Goethe, que no era nada humilde, le comentó a Beethoven:

-Sería curioso saber a quién de los dos saludan

-A mí no; aquí no me conoce nadie.

-Quién sabe, quién sabe…

Goethe trataba así de demostrarle a Beethoven, que todos los ahí presentes lo conocía, lo admiraban, y por lo tanto, lo saludaban. Era tanta su vanidad, que no pudo contenerse y llamó a un desconocido que les había saludado y le preguntó:

-¿Querría usted decirnos cuál de nosotros dos es el gran duque?

-Supongo que el otro señor, puesto que es usted quien pregunta- fue la apabullante respuesta.