Ibsen, Henrick (1828-1906) AMOR- CASAMIENTO- PRUEBA

Ibsen se casó con la hija de un pastor protestante. La conoció, se enamoró de la muchacha y le escribió una extensa carta donde le declaraba su amor. En ella, le decía que iría a verla a las cinco de la tarde. Añadía que se ella no le correspondía, bastaría solo con que no estuviera en casa, pero si ella le recibía, significaría una aceptación.

Llegó a la casa a las cinco en punto y preguntó si la muchacha estaba ahí. La sirvienta le dijo que sí, que aguardara, pues ella no tardaría en salir. Lo condujo a un saloncito, donde estuvo Ibsen esperando alrededor de dos horas. Inquieto y temeroso de que sólo se trataba de una pérdida de tiempo, ya estaba a punto de marcharse cuando de repente se oyó una risa femenina que salía detrás del sofá: era la muchacha que había permanecido escondida en la incómodo posición durante todo aquel tiempo. Ibsen, muy sorprendido preguntó:

-¿Estabas aquí?

-Sí; escondida

-¿Por qué?

-Quería probar tu paciencia, y con ello, tu amor.

Ibsen había salido airoso de la prueba, a consecuencia de la cual, no tardó en casarse con la bromista muchacha.

Farouk I (1920-1965) CONFUSIÓN- REGALO

Estaba un noche en Biarritiz, sentado a la mesa de juego, en el casino. Tenía enfrente a una mujer joven y bonita. La dama sacó un cigarro y buscó cómo encenderlo. Farouk lo advirtió, extrajo su encendedor de oro puro y, como absorbido por el jueguen vez de acercarse a la mujer para ofrecerle fuego, se lo deslizó por encima de la mesa. La joven, sorprendida y emocionada ante lo que suponía era un regalo, lo lanzó en alto al croupier, y exclamó:

-¡Para la casa!

Y Farouk, desde luego, no se atrevió a reclamar el valioso objeto de croupier.

Einstein, Albert (1879-1955) RELATIVIDAD

Einstein no tenía tiempo para recibir a todos los que deseaban verlo. Tomó una secretaria, con el sólo fin de atender a las visitas y decirle que él no podía hacerlo. En atención a los visitantes, eligió a una muchacha joven y bonita. Le encargó que les preguntara a todos el objeto de su visita. La mayoría decían lo mismo, que deseban ver a Einstein para que les explicara claramente el significado de la teoría de la relatividad. Entonces la secretaria le propuso lo siguiente:

-Usted me lo explica a mi y así yo podré explicarlo a ellos.

-Me parece una excelente idea. Para que mejor la entienda puede darle un ejemplo práctico. Veamos, un hombre que pasa una hora en compañía de una muchacha bonita, como usted por ejemplo, esta hora le parece un minuto. Y otro hombre que pasa un minuto sentado en un bracero encendido, ese minuto le parece una hora. Esto es relatividad

Simón Bolívar – atenciones, mujeriego

simon_bolivarNo era un secreto para sus innumerables y entusiastas seguidores, el fervoroso culto que el Libertador rendía al bello sexo. En cierta ocasión, uno de los ayudantes de Bolívar envió aviso al dueño del mejor hospedaje de un pueblo, pidiéndole que preparara con destino al general, y en la fecha que indicaba, «un cuarto con la mayor cantidad posible de comodidades, buena comida, selectos vinos, etc., etc., etc.»

Al llegar al pueblo, el Libertador fue al alojamiento preparado y halló en efecto reservada para él, la mejor habitación, aderezada y acicalada en cuanto permitían las circunstancias. Pero eso no era todo, se le hizo pasar a otra pieza, en la que se encontraban tres sugestiva y sonrientes muchachas.

-¿Quiénes son estas tres jóvenes? -Preguntó Bolívar.

-Las tres «etcéteras» que me dijo su ayudante -contestó respetuosamente el hostelero.