Schopenhauer, Arthur (1788-1860) IRONÍA- ANTIFEMINISMO- ASTUCIA

Schopenhauer nunca fue feminista, sino todo lo contrario. Una señora, en una reunión de sociedad en la que participaba, le preguntó:

-¿Cree usted que los hombres son más inteligentes que las mujeres?

-Lo único que creo, señora, es que las mujeres son más astutas, puesto se casan con los hombres, y ellos, por tontos, se casan con las mujeres.

Steinbeck, John (1902-1968) IRONÍA

No era partidario de dedicar elogios a las mujeres. Cierto día le preguntaron qué opinaba de las mujeres norteamericanas:

-¿Cuáles las gordas o las flacas? Preguntó haciéndose el tonto.

-Todas en general.

-Pues, que a nuestras mujeres les preocupa fundamentalmente adelgazar, y a las flacas, engordar.

-¿Y las otras?

-Las otras, nunca se han pesado, y son las menos.

Miguel de Rumanía (1921- ) INFANCIA

Unas damas de la Liga Feminista Rumana visitaron al rey cuando Su Majestad contaba entonces siete años de edad, y aquellas señoras le expusieron, con tiernas y dulces palabras, sus proyectos encaminados a dar intervención a la mujer en la vida política de Rumanía.

Por supuesto, el niño dio claras muestras de lo mucho que le aburrían sus visitantes y, a una de ellas, se le ocurrió preguntar:

-¿Qué podríamos hacer para que Su Majestad se sintiera feliz?

-¡Sopas!

Cristina de Suecia (1626-1689) ANTIFEMINISTA

Dos cosas solía decir Cristina de Suecia que han pasado a la historia como frases suyas:

-La  primera es que la humanidad se dividía en dos tipos de personas: los cortesanos y los pícaros. Y que le gustaban los hombres, no porque fueran hombres, sino porque no había mujeres.

No hay memoria de que hubiera tenido en su agitada vida, una buena amistad con una alguna mujer.

Carlos I, de España (1500-1558) INDIRECTA- IDIOMAS

Estando Carlos I en España, lo visitó un joven noble alemán y le preguntó por qué había aprendido tantos idiomas, a lo que éste, molesto por el tono suficiente de la pregunta, le contestó:

-Porque los necesito, el francés para hablar con las mujeres, el español para hablar con Dios; el italiano para hablar con los ángeles, el inglés para hablar con los pájaros y el alemán para hablar con los caballos que me han llegado de ahí.