Duse, Eleonora (1859-1924) SENTIMENTALISMO- SENSIBILIDAD

Uno de sus grandes éxitos fue Froufrou,  un drama en cuyo último acto la protagonista moría después de despedirse de su hijo de pocos años. Con una escena, la del despido, todas las noches emocionaba de tal forma al público, que hasta arrancaba sentidas lágrimas. De pronto, dejó de representar Froufrou. Mas tarde explicaba las razones  que tuvo para hacerlo. El niño del que se despedía era siempre el mismo, que hacía su papel como si tal cosa. Un día el niño se enfermó y otro lo sustituyó. Y aquel otro niño tomó la escena tan enserio que se abrazó al cuello de la actriz que en la obra era s madre y se echó a llorar acariciándola. Aquella noche, por una sola vez, Froufrou no murió en escena. Y la Duse nunca más quiso volver a protagonizar aquella obra.

Cristina de Suecia (1626-1689) ENGAÑO- NACIMIENTO

Al parecer su padre esperaba un hijo, y le dieron equivocadamente, la noticia de que el recién nacido era un varón. Cuando minutos después le dijeron que la noticia era falsa, que el “niño” era en realidad una hermosa niña, el soberano respondió:

-De todos modos, demos las gracias a Dios. Sin duda será una mujer difícil y muy hábil, puesto que ya al nacer nos ha engañado a todos.

Bonaparte, José (1768-1844) SINCERIDAD- PATRIOTISMO

Nunca los españoles admitieron el dominio napoleónico. Se cuenta que el rey José, al que llamaban “Pepe Botella”, por su afición al buen vino, creó una guardia real análoga a la guardia imperial de Napoleón. Un aristócrata afrancesado (parece ser que fue el duque del Infantado) visitó a su hijo de siete años con el uniforme de aquella guardia, y, ataviado así, lo llevó ante la presencia del rey José.

Con el uniforme iba la espada, y el niño la llevaba también. El rey José le preguntó:

-¿Para qué te sirve esta espada?

Y el niño, eco de la voz popular, le contestó:

-¡Para matar franceses!

Según la anécdota el padre del niño le dijo:

-Comprenda majestad… Es un niño y no piensa lo que dice, repite lo que oye decir a la gente.

Alfonso XIII (1886-1941) CHANTAJE

Se cuenta que Alfonso XIII no fue un niño demasiado fácil. Aunque no rebelde, era muy travieso y obstinado en sus caprichos de niño. Su madre lo amenazaba con castigarlo encerrándolo en una habitación oscura. Un día, cansada ya, cumplió la amenaza. Pero cuando se vio encerrado, el niño empezó a gritar:

-¡Viva la República! ¡Viva la República!

La madre horrorizada le abrió la puerta enseguida. Desde entonces, cuando no lo dejaban hacer su voluntad, repetía el mismo grito:

-¡Viva la Republicaaa…!

Iván Turgueniev – Castigo, sinceridad

ivan_turguenievSu madre era muy estricta y castigaba físicamente a cualquiera de sus hijos que cometiera un error. Iván era tan ingenioso y sincero que a menudo la airada señora lo azotaba.

Un día, los visitaba un famoso escritor llamado Dimitriev, autor de fábulas. En aquel entonces Turgueniev tenía sólo siete años, y al saber quién era Dimitriev, le dijo de sopetón:

-Las fábulas de Krylov me gustan más que las de usted.

En otra ocasión, una señora aristócrata de gran fealdad los visitaba.

-Eres un niño muy guapo -le dijo la gentil señora.

Y el niño, haciendo gala de su sinceridad le contestó:

-Y usted es feísima: se parece a una mona -dijo el chiquillo riéndose.

Por supuesto, en ambos casos recibió una buena tunda.