No tenía facilidad de palabra y odiaba tener que hablar en público. Después del exitoso estreno de Manon, ofrecieron un banquete en su honor, Puccini escribió una breve nota de gracias y la llevaba en el bolsillo para leerla cuando tuviera que agradecer tan hermoso homenaje. La buscó antes de levantarse, pero no la encontró, hasta que muy nervioso, dijo:
-Muchas gracias a todos…
En seguida se sentó, pero al hacerlo derribó dos botellas y algunos vasos. Uno de sus amigos, al ver el aprieto en que se encontraba el tímido músico, como para salvar la situación se levantó y dijo:
-¡Éste ha sido el bautismo de Manon!