Byron, lord (1788-1824) ORGULLO- PROEZA

Cuando estuvo, por primera vez en Asía Menor y Grecia, cruzó el Helesponto a nado, desde Sesto a Abidos, le contó la proeza a su madre en una carta, con estas palabras: “Te comunico, con orgullo que he cruzado a nado el Helesponto desde Sesto a Abidos, tal como lo cruzó Leandro hace miles de años, y que nunca me siento más glorificado por esa proeza que por todo lo que puedo haber conseguido en poesía, en oratoria y en política”.

Fernandel (1903-1971) FEALDAD- ORGULLO

El actor de cine francés no era un hombre muy apuesto, y además, presumía de no serlo. Un día un amigo le dijo;

-Ayer vi a un tipo que se parecía a usted de una manera asombrosa.

-pues entonces, era yo.

-No, hombre, era otro.

-¡Increíble! Y crea que lo siento. Estaba convencido de que mi fealdad era totalmente original.

Carlos I, de España (1500-1558) PINTOR- ESTIMACIÓN

Estimaba y admiraba vivamente a Ticiano, quien lo retrató varias veces. Se cuenta que en cierta ocasión, mientras el emperador posaba, a Ticiano se le cayó un pincel. El emperador se lo recogió. Ticiano quedó confuso y el emperador le dijo:

-Bien merece el mejor pintor del mundo que el emperador le ayude.

Byron, lord (1788-1824) ORGULLO- PROEZA

Cuando estuvo, por primera vez en Asía Menor y Grecia, cruzó el Helesponto a nado, desde Sesto a Abidos, le contó la proeza a su madre en una carta, con estas palabras: “Te comunico, con orgullo que he cruzado a nado el Helesponto desde Sesto a Abidos, tal como lo cruzó Leandro hace miles de años, y que nunca me siento más glorificado por esa proeza que por todo lo que puedo haber conseguido en poesía, en oratoria y en política”.

Bernhardt, Sarah (18844-1924) ORGULLO- VANIDAD- SUPERIORIDAD

Un joven periodista, cuyo nombre no se cita, tuvo que pasar por la prueba de hacer, o de intentar hacer, una entrevista a Sarah Bernhardt. El director de diario le advirtió:

-Será inútil que solicite la entrevista. Se niega siempre.

El muchacho no solicitó nada. Se situó en el pasillo del teatro dispuesto a acometer a la actriz. Y, allí estuvo esperando la ocasión, que al final se presentó. Sarah se acercaba … sola. El periodista se armó de todo valor, y le preguntó:

-¿Es la señora Sarah Bernhardt a quien tengo el honor de hablar?

La señora Sarah Bernhardt se limitó a darle un sonoro bofetón. Al sonido del mimo acudieron muchísimas personas, y la actriz ordenó que echaran de ahí aquel hombre.  Hubo después quejas y explicaciones y Sarah Bernhardt justificó así su conducta:

-En Francia, un hombre que ha de preguntarme si soy Sarah Bernhardt no merece ser periodista.

Bernhardt, Sarah (18844-1924) SUPERIORIDAD- ELITISMO

Para ir al conservatorio la acompañaba una institutriz. La madre de Sarah les daba dinero para hacer el trayecto en ómnibus, que era el transporte público de entonces. Sarah se quedaba con el dinero e iba caminando. Así cada cinco días tenía dinero suficiente para alquilar un coche. Sarah, cuando la madre lo supo, le dio esta razón:

-Yo no soy como todo el mundo, y por lo mismo, no puedo viajar como viaja todo el mundo.

Aristóteles (384-322 aJC) CHARLATONERÍA- SINCERIDAD-CRÍTICA-ORATORIA

Un charlatán habló durante mucho rato ante Aristóteles. Y después que hubo terminado le preguntó:

-¿Qué te ha parecido mi oratoria?

-Sólo me extraña una cosa, pero no tuya, sino de tus oyentes.  Que si de veras han tenido oídos para oírte, no hayan tenido también pies para salir corriendo.