Rubinstein, Arturo (1887-1982) IRONÍA- VIRTUOSISMO

Rubinstein firmó un contrato para obtener ciertos conciertos en el Carnegie Hall. Aunque no se conoce exactamente la cantidad que cobraba por cada concierto, sí es de todos conocido que era una elevada suma. El director del teatro, sorprendido por el exceso de dinero que el pianista pedía le dijo:

-Eso es mucho dinero. Usted pretende ganar en dos horas igual de lo que gana el presidente de los Estados Unidos en dos meses.

-Yo no pretendo nada ni deseo ganar nada; es más, ni siquiera estoy interesado en tocar aquí. Ahora bien, si usted cree que el presidente está mal pagado, contrátelo como pianista y páguele a él lo que yo le pido para mí.

Lebrun, Albert (1871-1950) INGENIOSIDAD- CASANTÍA

Lebrun, tuvo una desafortunada experiencia cuando comenzó en el cuerpo de funcionarios de Estado, por culpa de una contestación ingeniosa. Un inspector visitaba la oficina donde trabajaba y preguntó a uno de los funcionarios:

-¿Qué hace usted ahí?

-Corregir los errores, señor.

El inspector volvió entonces a Lebrun, que ocupaba la mesa inmediata, y le preguntó:

-¿Y usted, qué hace?

-Cometer errores, para que mi compañero tenga trabajo.

Aquella respuesta le costó la cesantía, pero un tiempo más tarde lo elegían presidente de la República.

Jefferson, Tomás (1743-1826) CORTESÍA- URBANIDAD

Paseaba un día en compañía de un comerciante, y un esclavo que se cruzó con ellos en la calle lo saludo con gran cortesía, gesto que el presidente  contestó con aire de bondad.

-¿Por qué- le preguntó el comerciante- se ocupa usted de saludar a un negro esclavo?

-Sentiría mucho- respondió Jefferson- que un esclavo superara a un presidente en urbanidad y cortesía.

Jefferson, Tomás (1743-1826) CORTESÍA- URBANIDAD

Paseaba un día en compañía de un comerciante, y un esclavo que se cruzó con ellos en la calle lo saludo con gran cortesía, gesto que el presidente contestó con aire de bondad.

-¿Por qué- le preguntó el comerciante- se ocupa usted de saludar a un negro esclavo?

-Sentiría mucho- respondió Jefferson- que un esclavo superara a un presidente en urbanidad y cortesía.

Bernhardt, Sarah (18844-1924) PRESIDENTE- GIRO- POLÍTICA- TRANSITORIEDAD

En una ocasión,  recorría en una gira artística algunas repúblicas americanas. Estando en una de las más pequeñas (de la cual no se cita el nombre), antes de la representación entraron en el camerino unos caballeros a saludarla. Uno de ellos, un hombre ya en la madurez, muy portado, tomó la palabra y en tono discursivo empezó:

-Yo, como soy el presidente de la República.

Empezó su perorata. Finalizada la función, el éxito fue como siempre extraordinario. Después de la misma, otro grupo de caballero entró a saludarla y felicitarla. Uno de ellos, un tipo fuerte, de edad mediana, vestido de uniforme, medio no, tomó la palabra.

-Yo, como presidente de la República.

Sin demora, Sarah lo interrumpió:

-Perdón, ¿es que en esta República hay dos presidente?

Y uno de los caballeros que acompañaban al presidente le dio esta explicación:

-No, señora, presidente solo hay uno, y es el que ha tenido el honor de empezar a dirigirle la palabra. Pero es que en esta noche hemos tenido una revolución, cuatro tiritos no más; un presidente ha sido derrocado y hemos puesto a otro.

Y, dirigiéndose al nuevo presidente, dijo:

-Cuando su Excelencia guste.

Y el presidente, el único presidente, continuó su discurso.

Adolfo López Mateos, John F. Kennedy – Ingenio

john_f_kennedy_adolfo_lopez_mateosEl presidente mexicano Adolfo López Mateos recibió en visita oficial a su homólogo de Estados Unidos, John F. Kennedy. Durante una comida el presidente estadounidense alabó la hermosura del reloj del mexicano:

-Qué bonito es su reloj, señor Presidente…

López Mateos se quitó el reloj y se lo entregó a Kennedy.

Esa noche durante la cena, Adolfo López Mateos el dijo a Kennedy:

-Qué guapa es su esposa, señor Presidente. -Dijo el mexicano queriendo ser cortés.

En ese momento Kennedy se quitó el reloj y se lo regresó a López Mateos.