Ibsen, Henrick (1828-1906) IMITACIÓN- FALSEDAD- PROPAGANDA

El escritor pasó una temporada en Mónaco, y al atardecer solía sentarse en una determinada cervecería. La noticia divulgó, y mucha gente comenzó a acudir al lugar sólo para ver al famoso escritor cerca. Un día, Ibsen no volvió a ir y, como era de esperar, la gente dejó de ir. Sin embargo, a todos los que preguntaban por Ibsen, el dueño del establecimiento les decía:

-El señor Ibsen volverá dentro de pocos días.

El dueño del negocio al ver que cuánta ganancia podía obtener con la figura del notable escritor, se puso a meditar y llegó a la conclusión que le hacía falta un sustituto. Encontró a un actor de estatura y tipo parecidos a los de Ibsen y le pagó para que fingiera ser el dramaturgo. El actor aceptó y, por cierto, lo hizo estupendamente bien. Se caracterizó como si fuera Ibsen, y acudió, como lo hiciera el escritor, a la misma hora y se sentó en el mismo sitio, una tarde y otra, hasta que se divulgó la noticia que el escritor había vuelto y la gente comenzó a acudir de nuevo al lugar.

Durante mucho tiempo la farsa no se descubrió, y fue tanta la popularidad que obtuvo este imitador que, años después, cuando Ibsen ya había fallecido, se unió a una compañía inglesa que representaba en los Estados Unidos los dramas del notable escritor. En los carteles de propaganda se anunciaba la obra “la presencia del autor”. Así los teatros se abarrotaban. Y el falso Ibsen, convertido en Ibsen, salía a saludar y dirigir la palabra al público.

Chéjov, Antón (1860-1904) PROPAGANDA

Un día, Chéjov y Bunin llegaron paseando a la plaza mayor de la ciudad y vieron mucha gente reunida.

-¿Qué habrá pasado?- preguntó Bunin.

-Nada, todos lo días es igual.

Chéjov se acercó a un grupo y gritó:

-¿No lo saben? ¡Bunin ha muerto!

Y explicó con muchos detalles de la muerte del escritor Bunin, que a su espalda le escuchaban asombrado. Una vez solos, Chéjov le aseguró:

-Mañana todos hablarán de ti, no lo dudes.