Mozart, Wolfgang Amadeus (1756-1791) PRECOCIDAD- AGRADECIMIENTO

Mozart fue un niño prodigio. A los seis años ofreció un concierto  en la corte de Viena, en presencia de la emperatriz María Teresa y su esposo Francisco de Lorena. Una de las hijas de los emperadores, la archiduquesa María Antonieta, de cinco años de edad, futura reina de Francia, llevó al niño a ver sus muchos juguetes. Mozart, quien era un niño muy sensible, le dijo:

-Es usted muy buena y muy bella, y quiero que nos casemos. Pero yo soy pobre y no tengo juguetes.

La emperatriz, enterada de los sentimientos de niño músico, le dijo:

-Tú eres pobre, pero serás el rey de los músicos, y puedes muy bien casarte con nuestra María Antonieta. Pero son demasiado niños todavía. Deberían esperar algunos años.

Y Mozart, para mostrarle su agradecimiento por aquellas palabras, besó su mano y le dijo:

-¡También me casaría con usted, señora!

Monet, Claude (1840-1926) MATRIMONIO- CONSEJO

Monet le aconsejaba matrimonio a un pintor amigo suyo, y le proponía como esposa a una de las modelos con que trabajaba, la cual unía a la belleza natural un suave carácter.

-Pese a su profesión, es un ángel.

El pintor amigo la quiso conocer. Era una mujer joven, bonita pero excesivamente pintada, lo que le disgustó al amigo de Monet, que decidido le dio su opinión.

-Puede ser un ángel, pero se pinta demasiado, como si no lo fuera.

-¿Pero dime.. Cuándo has visto a un ángel que no se ha pintado

Federico II el Grande (1712-1786) SINCERIDAD- IRONÍA

Uno de los cortesanos de Federico era un hombre muy elegante. Un día, el rey lo visitó y el cortesano le enseñó una colección de pelucas, de la cual presumía:

-Estoy convencido de que ningún otro señor de Alemania tiene tanta como yo.

-¿Y dónde las coloca?

-En mi cabeza, por supuesto, señor.

-¿No le parece que a unas pelucas tan finas debería ofrecerle una cabeza de más calidad que la de usted?

-no tengo otra, señor.

-Cosa que en la corte todos lamentamos, querido amigo.

Después de la visita del rey, el cortesano de las pelucas desapareció de la corte por largo tiempo.

Federico buscaba a sus servidores en sitios apartados de Berlín.

Decía que los berlineses nunca le habían dado buen resultado. Una vez, un muchacho le pidió que lo admitiera en u servicio.

-¿De dónde eres?-le preguntó Federico.

-De Berlín.- le respondió resueltamente el joven.

-En este caso, no: no acepto a los berlineses a mi servicio.

-¿Puedo atreverme a preguntarle la razón, señor?

-Me han dado pésimo resultado todos los que he tenido.

-Pues yo me atrevería a decirle que conozco a dos berlineses muy superiores al resto de los alemanes.

-¿Los conozco yo, por casualidad?

-Desde luego, uno es usted y el otro soy yo.

Tras lo cual, el rey lo aceptó con gran satisfacción.

Alejandro Magno -Casamiento, Punto de vista

alejandro_magnoAlejandro Magno estaba derrotando a Darío en la guerra que ambos sostenían. Darío, tratando de llegar a un acuerdo con el poderoso guerrero, le envió un mensajero con la proposición de que si suspendía las hostilidades, le concedería la mano de su hija, la princesa Statira, con todo el territorio de Asia Menor como dote y un tesoro de diez mil talentos.

Parmenon, consejero de Alejandro, le sugirió:

-Si yo fuera Alejandro, aceptaría…

-También lo aceptaría yo, su fuera Parmenon.