Dumas hijo contaba de su padre que su gran secreto como escritor era su entrega total a lo que hacía.
-Llevaba dentro los personajes y siente como si fuera ellos.
Contaba que una vez que había ido a ver a su padre para un asunto urgente. Su padre cuando trabajaba no dejaba entrar a nadie y el criado le dijo que no entrara, que era un mal momento, puesto que había dado orden de que no lo interrumpiera. Dumas hijo, estaba esperando, cuando de pronto oyó fuertes risas que venían de la habitación donde trabajaba el padre. Pensó que alguien estaba con él el criado lo había engañado, por lo que se decidió a penetrar. Pero encontró a su padre solo con algunas cuartillas en las manos.
-¿Con quién estabas?- preguntó asombrado
-Con nadie- respondió el padre
-Oí risas
-¡Ah, si! Dumoretz se reía de lo que estaba diciendo Ragul.
Eran nombres de dos personajes de la novela que estaba escribiendo. La risa de Dumoretz se le había contagiado y había terminado riéndose él.