Luis XV (1710-1774) TRATAMIENTO- RESPETO

Cuando llevaron al rey ante la Convención para someterlo a un agotador interrogatorio, le hicieron aguardar alrededor de media hora en la ante sala. Varias veces conversó con Malesherbes, su defensor, quien cuando le contestaba lo que hacía dándole el tratamiento de Majestad.

De repente entró a la estancia Trilhard y, airado al escuchar aquellas expresiones de respeto, se interpuso entre el soberano y su defensor, diciendo a este último con voz alterada por la furia:

-¿Por qué se atreve usted a pronunciar aquí palabras que la Convención ha prohibido?

Y el venerable anciano, fijando con dureza su mirada en el extremista revolucionario, le contestó:

-Por el desprecio que ustedes me inspiran y el que me inspira la vida.

Jiménez Castellanos, Adolfo (1844-1929) BANDERA- PATRIOTISMO- RESPETO

Al general Jiménez Castellanos le fue asignada la misión de entregar la isla de Cuba a los triunfadores norteamericanos. Mantuvo el orden público y no permitió que se hicieran inútiles afrentas al honor de España. Ejemplo de esto, es el incidente que se produjo a la vista de todos en un concurrido barrido de la capital cubana.

En un quiosco de bebidas ondeaba la bandera norteamericana. Entró en éste el soldado español que tenía sed y pidió un vaso de cerveza.

-Le daré la bebida-le dijo el cantinero- si saluda esta bandera- dijo señalando la enseña norteamericana.

El soldado, airado, arrancó la bandera y, pisoteándola, dijo:

-¡Otro tanto haré con usted si no me sirve!

Esto dio origen a que se armara un gran escándalo, y hubo quienes propusieron que lo lincharan. Un grupo de revolucionarios, encabezado por un oficial norteamericano, decidió llevar al soldado ante el general Jiménez Castellanos, quien haciendo gala de gran serenidad dijo:

-La bandera norteamericana en una fortaleza o al frente de una tropa, es una bandera digna de respeto; pero esta bandera ante un puesto de bebidas, no es más que un irrespeto de quién la colocó.

Tras lo cual, y dando por terminada la entrevista, continuó su labor.

Jiménez Castellanos, Adolfo (1844-1929) BANDERA- PATRIOTISMO- RESPETO

Al general Jiménez Castellanos le fue asignada la misión de entregar la isla de Cuba a los triunfadores norteamericanos. Mantuvo el orden público y no permitió que se hicieran inútiles afrentas al honor de España. Ejemplo de esto, es el incidente que se produjo a la vista de todos en un concurrido barrido de la capital cubana.

En un quiosco de bebidas ondeaba la bandera norteamericana. Entró en éste el soldado español que tenía sed y pidió un vaso de cerveza.

-Le daré la bebida-le dijo el cantinero- si saluda esta bandera- dijo señalando la enseña norteamericana.

El soldado, airado, arrancó la bandera y, pisoteándola, dijo:

-¡Otro tanto haré con usted si no me sirve!

Esto dio origen a que se armara un gran escándalo, y hubo quienes propusieron que lo lincharan. Un grupo de revolucionarios, encabezado por un oficial norteamericano, decidió llevar al soldado ante el general Jiménez Castellanos, quien haciendo gala de gran serenidad dijo:

-La bandera norteamericana en una fortaleza o al frente de una tropa, es una bandera digna de respeto; pero esta bandera ante un puesto de bebidas, no es más que un irrespeto de quién la colocó.

Tras lo cual, y dando por terminada la entrevista, continuó su labor.

Goethe, Johann Wolfgang von (1749-1832) SILENCIO- REFLEXIÓN- RESPETO

El poeta siempre tenía invitados a comer. Goethe participaba en todas las conversaciones, menos si comenzaba a brotarle alguna buena idea. Entonces, adoptaba alguna actitud reflexiva: entornaba los ojos y permanecía inmóvil. Así estaba mucho rato. En aquellas ocasiones todos respetaban la meditaciones de Goethe y permanecían en silencio, hasta que el anfitrión abría los ojos y les preguntaba:

-¿De qué hablábamos?

Era costumbre que uno de los invitados continuara con el tema que había quedado inconcluso. Contaba un estudiante, amigo del hijo de Goethe, que, estando invitado a comer en la casa, por determinadas circunstancias, llegó tarde. Ya estaban sentados todos a la mesa cuando él entró. El recién llegado apareció precisamente en uno de los momento de silencia. El hijo de Goethe se levantó a recibir a su amigo, le dijo que callara y lo llevó a su sitio diciéndole:

-Silencio. Mi padre piensa.

Terminando la meditación de Goethe, su hijo hizo la presentación del amigo, Goethe le preguntó:

-¿Cuándo has llegado?

-mientras estaba pensando, señor.

Entonces Goethe le respondió:

-Lo mejor que podía hacer por ti sería comunicarte lo que estaba pensando, pero esta comunicación, entre los hombres, resultaría imposible.

Carlos I, de España (1500-1558) PINTOR- ESTIMACIÓN

Estimaba y admiraba vivamente a Ticiano, quien lo retrató varias veces. Se cuenta que en cierta ocasión, mientras el emperador posaba, a Ticiano se le cayó un pincel. El emperador se lo recogió. Ticiano quedó confuso y el emperador le dijo:

-Bien merece el mejor pintor del mundo que el emperador le ayude.

Alfonso XIII (1886-1941) CORTESÍA- EDUCACIÓN –RANGO- RESPETO

En un viaje de Alfonso XIII a un pueblecito español muy industrial y de arraigada tradición monárquica, el alcalde extremaba las atenciones con el monarca. Su Majestad iba con el sombrero en la mano, debido al gran calor que hacía. Así penetraron en una fábrica que era propiedad del alcalde.

Éste, al ver que el rey iba descubierto, se apresuró a decirle:

-Cúbrase, Majestad, cúbrase…

El rey comprendió el alcance de la invitación, y sonriendo, continúo descubierto. El alcalde, creyendo entonces cumplir mejor con los deberes del respeto y la cortesía, insistió cerca del monarca:

-Pero cúbrase. Majestad

Entonces don Alfonso se puso el sombrero mientras decía:

-Con el permiso de usted, señor alcalde….

Alejandro Magno (356-323 aJC) CONSIDERACIÓN- RESPETO

Los consejeros de Alejandro le reprocharon que asignara impuestos demasiado escasos a los habitantes de las tierras conquistadas, por lo que él mismo les dio la explicación:

-Me gusta el trabajo de los pastores, que aprovechan la lana de las ovejas, más que el de los leñadores que arrancan los árboles de raíz, matándolo para vender leña.

Alejandro Magno (356-323 aJC) CABALLEROSIDAD

Vencido Darío, entre el botín conquistado estaba también la esposa del rey de los persas. De ella no consta el nombre. A la hora de reparto de botín, le preguntaron a Alejandro qué debería de hacer con la reina de Persia.

-¿Cómo es?

-Joven y bella

-Trátenla con todos los honores que merece su rango.

-¿La quieres ver?

-No.

Y aunque nadie se lo preguntaba, dio la siguiente razón:

-No la quiero ver, porque si es joven y bella me gustaría, y como no debe de cuenta a nadie de mis acciones, haría con ella lo que es posible hacer a una reina vencida.