María Antonieta (1755, 1793) SUPERFICIALIDAD

María Antonieta no se percataba exactamente de la situación revolucionaria. Un día la multitud  se aglomeró frente a la verja del parque de Versalles. La reina vio desde una de las ventanas del palacio, y preguntó:

-¿Qué quieren con estos gritos?

Alguien le dijo que quería pan; que no tenían pan y lo pedían a gritos. Y la reina, tan superficial e insensata, repuso:

-Pues si no tienen pan, que coman brioches.

Luis XV (1710-1774) MONARQUÍA- ABOLICIÓN- SUEÑO

La noche del 21 de septiembre, el comisario de la Commune, Lubin, proclamó delante de la enorme multitud, junto a las ventanas del Temple donde estaba hospedada la familia real, la abolición de la monarquía en Francia.

La familia real estaba reunida en el saloncito de María Antonieta, como si nada sucediera. El rey leía un libro de Montesquieu: Grandeza y decadencia del imperio romano. La reina y su hija hacían labor. Ninguno de ellos aparentaba preocuparse por lo que ocurría en la calle. Días después el rey comentaba con la reina:

-Mi reinado no ha sido más que un sueño que en estos momentos se desvanece. En realidad, nunca ese sueño fue de mi agrado. El destino me obligó a soñar y el pueblo me libra de ese sueño. Permita el cielo que Francia sea más feliz después de mi.

Luis XV (1710-1774) REVOLUCIÓN- INCREDULIDAD

El 13 de julio de 1789, el intendente general de París visitó al rey en el palacio de Versalles. El soberano le preguntó si tenía noticias de París:

-¿Qué me cuentas de París?

-Todo bien, Majestad.

El rey escribió en su diario “Hoy, nada nuevo”, y se acostó a dormir despreocupadamente. A la mañana siguiente, lo despertaron para comunicarle que el pueblo había tomado la Bastilla.

-No puede ser- negó el rey.

Y el duque Liancourt continuó:

-Todo París está en armas.

-luego entonces, se trata de una revuelta.

-No, señor, es más que una revuelta, es una revolución.

Evidentemente el rey nunca creyó que aquello fuera posible.

Lenin, Vladimir Ilich (1870-1924) REVOLUCIÓN- COMUNISMO

Antes de organizar la revolución rusa, residía en Lausana. Según se cuenta, vivía tranquilamente, vestía bien y trabajaba poco, como los burgueses a quienes criticaría más tarde. En cierta ocasión un amigo lo visitó y le dijo:

-No te quiero robar más tiempo, porque sé que estás probablemente ocupado.

-No, no. ¡De veras no estoy haciendo nada! Mi único trabajo de aquí en adelante, sería la revolución. En este lugar, sólo espero la hora de comenzar mi trabajo.

Bernhardt, Sarah (18844-1924) PRESIDENTE- GIRO- POLÍTICA- TRANSITORIEDAD

En una ocasión,  recorría en una gira artística algunas repúblicas americanas. Estando en una de las más pequeñas (de la cual no se cita el nombre), antes de la representación entraron en el camerino unos caballeros a saludarla. Uno de ellos, un hombre ya en la madurez, muy portado, tomó la palabra y en tono discursivo empezó:

-Yo, como soy el presidente de la República.

Empezó su perorata. Finalizada la función, el éxito fue como siempre extraordinario. Después de la misma, otro grupo de caballero entró a saludarla y felicitarla. Uno de ellos, un tipo fuerte, de edad mediana, vestido de uniforme, medio no, tomó la palabra.

-Yo, como presidente de la República.

Sin demora, Sarah lo interrumpió:

-Perdón, ¿es que en esta República hay dos presidente?

Y uno de los caballeros que acompañaban al presidente le dio esta explicación:

-No, señora, presidente solo hay uno, y es el que ha tenido el honor de empezar a dirigirle la palabra. Pero es que en esta noche hemos tenido una revolución, cuatro tiritos no más; un presidente ha sido derrocado y hemos puesto a otro.

Y, dirigiéndose al nuevo presidente, dijo:

-Cuando su Excelencia guste.

Y el presidente, el único presidente, continuó su discurso.