El menor de los hijos de Céspedes, Oscar, de veinticinco años cayó en manos de los españoles, al frente de una expedición de armas y pertrechos saluda de Nueva York, se disponía a reunirse con su padre.
El General Caballero de Rodas, hizo saber a Céspedes que dejaría en libertad a su hijo si abandonaba el teatro de la lucha y se retiraba a los Estados Unidos.
-Oscar no es mi único hijo. Contestó Céspedes al emisario del general español-. Yo soy padre de todos los cubanos que han muerto por la independencia de Cuba.
El hijo de Céspedes fue fusilado en puerto Príncipe, y los cubanos llamaron desde entonces a su primer caudillo el “Padre de la Patria”.